Tixkokob
Una vez más nos dimos a la tarea de buscar nuevas rutas para encontrar pulque, esta vez nos lanzamos a caminar por la delegación Tlalpan rumbo al Ajusco, habiendo ya oído de la venta de pulque en la zona nos echamos a las andadas, no teníamos ninguna dirección, ni nombres de las personas, sólo nos dieron señas y referencias del lugar al que debíamos llegar. Las primeras instrucciones fueron tomar un pesero en la carretera Picacho-Ajusco con dirección a Torres de Padierna que transitara por la calle Tizimín, bajarse una vez que el pesero diera vuelta y seguir derecho unas tres cuadras hasta la calle Maní y ahí preguntar a la gente del lugar sobre la venta de pulque.
Esas tres cuadras se convirtieron en 8 o 9 cuadras y al llegar a la calle Maní, nadie sabía quien vendía el néctar anhelado. Sólo después de un rato de caminar y preguntar fue que nos dieron la información para llegar al sitio que buscábamos. Una vez más no se nos indicaron las calles donde se ubicaba el expendio, se nos dijo que de Tizimín camináramos una calle para arriba y al llegar a la estética diéramos vuelta a la derecha pero, al llegar ahí, no vimos nada que nos pudiera sugerir la venta de la bebida, sólo había dos señores sentados frente a un área verde y nos dirigimos preguntarles. Resultó que uno de ellos era quien vendía el pulque, "Don Juan", nos preguntó que si traíamos donde llevarlo, respondí que no lo queríamos llevar, que lo íbamos a tomar ahí, me dijo que el pulque sólo era para llevar porque no tenía lugar para que se consumiera ahí la bebida.
Un tanto desconsolado pedí un litro, me ofreció la prueba para ver si quería dulce, fuerte o muy fuerte, mientras el servía las pruebas yo me ocupe en pensar que muy posiblemente no sería de buena calidad pero, la sorpresa llegó y aunque sólo era para llevar, si no era de los mejores pulques que he probado, era de sabor agradable y muy aceptable, de sabor dulce pero con cuerpo, dejaba sentir en el paladar ese olor traducido a sabor de cuando se parte un penca de maguey, sabor que nos lleva a imaginar el momento del raspado de la planta maravillosa en cada trago.
El lugar está ubicado en la calle Maní esquina Tixkokob, es una casa azul bien arreglada y pintada con una ventanita gris donde se despacha a los clientes, como dato adicional hay un Mustang descompuesto fuera de la casa, no sé cuanto dure ahí pero sabemos que los autos descompuestos pueden durar décadas enteras en un mismo lugar antes de ir a un deshuesadero, por lo que considero esto como una referencia fija y confiable. Conformes con el sabor del pulque pero, descontentos por no poderlo consumir ahí nos dirigimos a otro lugar del que nos habían dado referencias.
Tixcandal
Por las señas que nos dieron supuse que era un lugar que ya había visitado algunos meses atrás, no estaba seguro pero, al irnos acercando me percaté que era el mismo sitio. Ubicado casi en la esquina de Tixcandal y Acanceh existe una casa con caballos, gallinas, gatos, perros y demás animales donde puede uno pasar y tomarse un pulquito. Esta vez a la entrada nos dan la bienvenida una especie de gruñidos que se podían escuchar algunos metros antes de cruzar la puerta y bajo la advertencia de un habitante de la casa que nos dice -aguas con el oso- entramos cautelosos ya que pensamos que el oso era un perro que de molestarlo o incomodarlo podía tornarse agresivo. El autor de los ruidos no era un perro y mucho menos un oso, era un personaje de esos que nunca faltan en cualquier toreo o pulquería, un compañero bebedor que ante la fuerza del contrincante, después de una pelea encarnizada trago a trago cayó derrotado y agotado cayó en un sueño profundo.
El pulque aquí es de sabor dulce pero con buena concentración de alcohol, es un lugar tranquilo no propicio para hacer escándalo, es óptimo para tomar un pulque a la par de una plática relajada o tomar un pulque para dos.